Aunque pertenecen a la familia de los saltamontes, el comportamiento de las langostas no tiene, sin embargo, nada que ver con el de estos insectos. Protagonistas de algunas de las peores plagas de la historia, las langostas siguen creando estragos en cultivos de todo tipo aún hoy día. Aquí aprenderás más sobre ellas.
Descripción y comportamiento
Con un potente aparato bucal, que causa estragos en los cultivos por los que pasa la plaga. En el cuerpo de la langosta destacan las fuertes patas traseras, que les permiten dar grandes saltos. Como su actividad es fundamentalmente nocturna, cuentan con antenas para explorar el terreno por el que se mueven. Aunque también tienen dos pares de alas, no todas las especies son capaces de volar.
La característica más llamativa de la langosta es la alternancia entre periodos solitarios con fases gregarias, en las que se juntan grandes grupos, liberando feromonas que activan la conducta migratoria y que consiguen que las alas de los individuos crezcan más, facilitando el proceso de dispersión por territorios más grandes. Este es uno de los motivos por los que las plagas de langostas son tan temibles.
Con respecto a la reproducción, habitualmente la hembra solo realiza una puesta de huevos al año, generalmente en el suelo, disimulados entre la vegetación. Cuando los huevos eclosionan surgen las ninfas, que tienen el aspecto de adultos de pequeño tamaño, excepto por el hecho de que no tienen alas; de hecho, las crías de langosta no serán capaces de volar hasta alcanzar el estadio adulto.
Etapas del desarrollo
Una vez eclosionados los huevos, las ninfas deben cumplir al menos 5 o 6 mudas de la cutícula para alcanzar el estadio adulto. En este estado ya tiene alas funcionales. Las hembras medirán alrededor de 5,5 centímetros, mientras que los machos solo suelen alcanzar los 4,5 centímetros.
La madurez sexual se alcanza en torno a 10 días y los machos comienzan a emitir feromonas para atraer a la hembra: tras una cópula de alrededor de 10 horas, la hembra desova durante unos 15 días, que se convertirán en una nueva generación en un máximo de 60 días, lo que facilita que se conviertan en grandes plagas con relativa facilidad.
¿Qué daños ocasionan las langostas?
Las langostas son las plagas de los cultivos por excelencia: aunque son especialmente destructivas en cultivos de agricultura de subsistencia, sobre todo en algunos de los países más pobres de África, en España no nos libramos de las plagas de langostas.
Las potentes mandíbulas de las langostas, unidas al hecho de que se expanden rápidamente, provoca grandes daños en las cosechas: uno solo de estos individuos puede comer el equivalente a su peso diariamente en plantas.
Soluciones para la prevención y control de la plaga
Eliminar las plagas de langostas es muy complicado y, generalmente, los productos que mejor funcionan son químicos que pueden ser peligrosos para las personas y otros animales y, por eso, es muy importante que siempre sean profesionales especializados en control de plagas los que se encarguen de este trabajo.
Uno de los productos más eficaces en la lucha contra las langostas son los pesticidas reguladores del crecimiento de los insectos, que se extienden por el terreno en bandas paralelas muy pegadas entre sí, de forma que al atravesarlas, los insectos van acumulando la sustancia tóxica en su interior, lo que provoca que mueran en la siguiente muda de exoesqueleto.
Además, es posible luchar contra la plaga con biopesticidas, que ayudan a eliminar a los individuos jóvenes: aunque se trata de un producto más caro, resulta seguro para las personas y otros animales.
Para prevenir una plaga de langostas de forma ecológica, nada mejor que utilizar a los depredadores naturales de estos insectos: patos y gallinas son la mejor opción para mantener a las langostas a raya antes de que llegue a formarse una plaga.